viernes, 29 de abril de 2011

¡Se casaron!







Es temprano por la mañana de este viernes, la televisión muestra ¡en cadena!  la abadía de Westminster con el casamiento de “la monarquía inglesa con el pueblo”, de “William y Kate”.

Los locutores tratan de llenar el espacio vacuo de una ceremonia fastuosa y previsible.  Hablan de los detalles del vestido, de cuánto costarán las botellas de vino que se tomarán, de los invitados y no invitados a la boda, ¡de las apuestas sobre la duración del beso post-boda! (va ganando “nuestra” princesa Máxima que se besó durante 5 segundos y pico)
Cuando en 1848 Marx y Engels escribieron el Manifiesto Comunista señalaron que  “dondequiera que ha conquistado el poder, la burguesía ha destruido las relaciones feudales, patriarcales, idílicas. Las abigarradas ligaduras feudales que ataban al hombre a sus «superiores naturales» las ha desgarrado sin piedad para no dejar subsistir otro vínculo entre los hombres que el frío interés, el cruel «pago al contado». [...] Ha sustituido las numerosas libertades escrituradas y adquiridas por la única y desalmada libertad de comercio. En una palabra, en lugar de la explotación velada por ilusiones religiosas y políticas, ha establecido una explotación abierta, descarada, directa y brutal.”
Pero en Inglaterra esa tarea no ha terminado y la burguesía renunció hace rato a ella.
Y entonces ese mundo de otra época reaparece de a momentos y uno, simple mortal, habitante del “reino de este mundo” como quería Alejo Carpentier, observa la runfla de parásitos dejándose adorar. Miserables que han hecho de la nada su vida, que transcurren su existencia como muñequitos de torta eternos entre castillos, parques, fiestas y ceremonias. Inútiles para los cuales toda tarea útil está expresamente prohibida
El locutor, ya borracho de tanta pompa, habla de la aristocracia británica como referente de la “solidaridad y la fraternidad”. Para hacer posible esa fraternidad entre los hombres los franceses tuvieron que cortar estas cabezas que hoy se muestran orgullosas. Pero fue hace mucho y el locutor lo ha olvidado. 
Nosotros tenemos la obligación de recordarlo.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...